BURDEL OFRECE:

Gastronomia literaria


$3500 y un Vino en caja



por felipebravotorres
fotografía por Bastián Pellegrini

3 lucas. 3 lucas quinientos. Cifra del dubitativo.

La duda es: o alguna promoción del mejor peor ron de alguna botillería, la entrada a un buen lugar nocturno, anestesia, droga y/o alcohol barato. O simplemente un par de ramas, hongos, fideos, excelente vino blanco de exportación en caja; más la compañía de Nely, Anny o el travesti de turno.

Momentáneo/alcóholico/abdicado/esporádico, puede usted seguir instrucciones:

·13 (pueden ser 14 ó 15, en ningún caso 12) ramitas de ciboulette.
· 7 champiñones u hongos, asegurando que, antes que alucinógenos, sean comestibles.
· 2 betarragas
· 1 paquete de tallarines
· 1 cebolla
· 1 diente de ajo
· 2 zanahorias
· 1 caja de crema líquida


Prepare entoces los tallarines. La preparación resiste toda clase de improvisaciones y creatividad del ex dubitante.
Durante el proceso de coción de los fideos se recomienda saltear del resto de los ingrediente; cortando fínamente betarragas y zanahorias (recordemos que darán el color a nuestra salsa). Unas vez en la etapa última de la preparación en la sartén, echar la crema líquida dejándo que se impregnen los ingredientes y condimentos. Luego, incluya el ciboulette milímetricamente cortado.

Listas ambas cosas: colocar la mesa, servir el vino blanco, hacer andar alguna película. Para efectos de esta noche, "la gran comilona" de Marco Ferreri. Entre pedos y las notas punzantes del piano de la casa de los 4 amigos verá como su plato llega a ser fascinate para comer. Lo rosa de la crema y el ciboulette harán juego con los labios y los lentes de contacto de Nely, Anny o Menjuto, respectivamente. Los tiritones angustiosos de no drogarse y el alcohol barato pasarán a segundo plano en medio de esa gran comilona de la que ahora será, de algún modo, espectador y partícipe (si la ficción puede resultar grotezca, abrir las cortinas y ver la realidad nos dirá lo contrario o devolverá el estado de conciencia).

Siga las intrucciones. La película, el piano, el vino, le harán recordar que, más allá de su momento actual, "todo pasado fue peor".




Repito: siga las instrucciones y todo debiese andar bien esa noche. Ahora, si su elección fue el travesti, podrá entonces culpar sin remordimiento lo malo que puede llegar a ser emborracharse con vino blanco, y en caja. En caso de que la elección haya sido la misma y despierte con una sonrisa gustosa, dedíquese al cine y piense en un remake de "La gran comilona", que lo comido, lo tomado y lo bailado nadie se lo SACARÁ (sí, sacará!).






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